Este concepto se relaciona con las diversas maneras en que los seres vivos influyen en nuestras vidas. El vínculo afectivo que tenemos con quienes nos rodean hacen que seamos permeables y que de una u otra forma “absorbamos” de ellos aprendizajes gracias a las experiencias compartidas.

Si te pido que pienses por un momento en : ¿Qué te enseñó tu animal de compañía?, probablemente se venga a tu mente una serie de vivencias que te han marcado emocionalmente. Por ejemplo:

·      Es probable que ese animalito te haya enseñado a estar feliz a pesar de situaciones no muy agradables.

·      Te haya dado lecciones de fidelidad.

·      Seguro te miro de tal forma que te enseñó que el amor no sólo son palabras.

·      Probablemente te dio una lección de valentía.

·      Te enseñó que expresar el afecto no depende de nada más que de la felicidad de vivirlo.

·      Te enseñó a no juzgar al otro.

·      Te enseñó a comer lo mismo todos los días y ser agradecido.

·      Te enseñó a vivir sin la ansiedad del mañana ni la depresión por el pasado que ya no está.

·      Te enseñó a aceptar al otro que es diferente.

·      Te enseñó a adaptarte a los cambios y a aprovechar las nuevas posibilidades.

·      Te enseñó que sí se puede sonreír siempre, así como él movía su colita siempre.

·      Te permitió aprender a confiar y a saber de quien no se debe confiar.

·      Te enseñó a lidiar con el dolor, a aceptar la partida y a soltar.

·    Quizá te hablo con su inocencia de la capacidad de hacer amigos en “el parque” sin importar la apariencia del otro.

·      También te dio lección de vida cuando con su sencillez se aceptó y aprendió a quererse a sí mismo como era.

La huella que dejo en ti es una manera de rendirle homenaje y de resignificar el vínculo con ese ser querido que ya no está.

¿A qué huella te gustaría renunciar y cuál huella quieres que perdure en ti?

Ese es el legado que dejó en tu corazón.

Dr. Oreana Guerrero Gamboa

Duelo Pets CR

Psicóloga

PNL – Coach